En el Poder Judicial no se sienten sorprendidos por los resultados que arrojaron los dos primeros exámenes, en virtud de las experiencias en otras provincias como Santa Fe y Mendoza. Allí, el porcentaje de eliminados fue tan o más importante, afirmaron fuentes de Tribunales. Pero hay un detalle no menor: los exámenes fueron más exigentes.
En la vecina provincia, los inscriptos para ingresar al Poder Judicial tenían 3 minutos para escribir 120 palabras en forma correcta contra los 4 que se dan en San Juan. Y en Santa Fe se exige escribir 140 palabras, es decir 20 más.
Los miembros de la Corte de Justicia habían anunciado en varias oportunidades que iban a imitar el régimen santafesino de concursos. En realidad, lo hicieron a medias. La diferencia en la prueba dactilográfica no es la única.
La más importante radica en que aquí no hay orden de mérito para los aspirantes. Las evaluaciones no tiene puntaje y los postulantes que las aprueben pasarán a integrar un listado que se ordena alfabéticamente, o sea que no se ordenan de acuerdo al nivel de idoneidad que demostró cada uno.
Mientras en Santa Fe deben respetar el orden de mérito a la hora de elegir a los que ingresarán, los cortistas locales se reservaron una gran cuota de arbitrariedad. Pueden llamar a cualquiera de la nómina de aprobados, entrevistarlo y designarlo.