Cuando se corrió la pasada edición de la Doble Media Agua, que terminó a escasos 100 metros de su casa. El "Nene", como lo conocían todos a Ortega, se apersonó hasta la línea de meta acompañado por su hija Mónica. Cuando llegó y por sus altavoces, José Carlos Rufino hizo referencia a su persona, nunca imagino que Antonio Matesevach, quien en esa carrera era el homenajeado se acercara hasta él y lo abrazara.

"Don Salvador, que alegría conocerlo, usted era mi ídolo", contó Ortega que le había dicho quien es uno de los máximos ídolos del ciclismo sanjuanino. "Me emocionó mucho", agregó.

"Él (por el Payo) sí que fue un ciclista de verdad, corrió en Europa y anduvo bien en lugares donde yo nunca corrí", explicó.