Ni bien se ingresa al Museo Histórico Sarmiento, que está en Buenos Aires, lo primero que llama la atención es un enorme baúl de cuero renegrido. Se trata de mucho más que un objeto que perteneció al sanjuanino. Una leyenda en la pared contigua, aclara que el baúl está en ese lugar porque representa el espíritu inquieto de Sarmiento, que a lo largo de sus 77 recorrió varios países de distintos continentes. Así, a los 34 años, en octubre de 1845, salió desde Valparaíso, para estudiar los sistemas escolares y las políticas inmigratorias en Europa y Estados Unidos.

Le bastaron dos años para visitar Montevideo, Río de janeiro, Francia, España, Argel, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y Cuba. Lo que le quedó de ese recorrido fue una invalorable experiencia que supo capitalizar. Las numerosas cartas que escribió durante esta etapa, las publicó posteriormente bajo el título de "Viajes en Europa, África y América". En Río de Janeiro conoció a José Mármol, en Francia visitó a José de San Martín. Mientras que en Roma se entrevistó con el Papa. En Europa obtuvo el reconocimiento literario del "Facundo". Y fue en Inglaterra cuando leyó un informe del padre de la educación americana, Horace Mann, y por eso su próximo destino fue Estados Unidos, para conocerlo en persona. Ni bien regresó de este viaje, lo primero que hizo es ir a ver a Benita Pastoriza, que acababa de enviudar. Meses después, Sarmiento se casó con la mujer y adoptó a Dominguito, dándole su apellido.