El pasado miércoles, Nadia Chaparro contó a Diario de Cuyo la incómoda situación que vivió a través de un llamado telefónico con un hombre que supuestamente quería hacerle una entrevista de trabajo. “Luego de hablar sobre el trabajo me dijo que tenía que usar pollera cortita y llamativa, que al jefe le gustaba mirar mientras trabajaba y que a esa empresa de transporte iban muchos empresarios y choferes y que era necesario ser así de llamativa”, contó la joven a este medio.

Hoy, se conoció un nuevo caso que involucra al mismo sujeto. Antonella, quien prefiere no dar su apellido, comentó que leyó la nota en Diario de Cuyo y decidió contar su experiencia, que fue más que un simple llamado por teléfono, ya que ella acudió a una entrevista de trabajo con el hombre en cuestión. “Cuando vi la publicación de Nadia, constaté que el teléfono que ella había posteado era el mismo del cual me habían llamado a mí para una entrevista de trabajo en una panadería en el Barrio Del Bono Green”, explicó la joven.

Antonella comentó que durante el llamado previo a la entrevista, el hombre le comentó que era abogado de profesión y que también era docente de la Universidad Católica de Cuyo. “Pensé que al ser docente y abogado era algo serio entonces fui, pero me encontré con una persona muy desagradable. Me dijo que para atender en la panadería tenía que usar calcita bien ajustada, para poder agacharme cómoda”. Mirá el cuerpazo que tenes”; “Con ese cuerpo tendrías que ser mi secretaria en el estudio jurídico”; “Por la plata no hay problemas, te pago lo que quieras pero tenes que usar la calcita que te digo”, fueron algunas de las frases que recibió la joven mientras realizaba la entrevista de trabajo.

Luego la conversación se convirtió en una proposición,  el hombre invitó a la joven a pasar a otra oficina que quedaba en el fondo del lugar donde se encontraban realizando la entrevista laboral. “Le dije que no me parecía lo que me decía con el tema de la calza y me dijo: bueno lo vamos viendo. Luego me invitó a conocer una oficina que quedaba en el fondo del lugar donde estábamos hablando, me puse muy mal, me sentí acosada e intimidada. Le dije que estaba mi novio esperándome en la puerta y zafé, porque quizás me podía llegar a pasar algo”, indicó Antonella.

Al sentirse intimidada, la joven comenzó a indagar al supuesto empresario. “Le pregunté si era abogado como me había dicho, le dije mi papá conoce a todos los abogados y comenzó a ponerse nervio. Luego le dije que si era profesor de la Católica podía llegar a conocer a mis amigas, pero inmediatamente me dijo que estaba de licencia y no estaba trabajando. Eso me sonó muy raro. Yo hago público esto que me pasó porque en mi caso no pasé a esa oficina, pero pueden haber chicas que han sufrido algo más que acoso, y debemos cuidarnos, sobre todo en este contexto donde muchas estamos buscando trabajo”, finalizó la joven. 

Otro caso

Milena Maskieviechz tiene 21 años y también se puso en contacto con Diario de Cuyo por el caso del hombre que busca jóvenes para diferentes trabajos. “Al ver la publicación de Nadia también identifiqué que el número de la que la habían llamado era el mismo del cual me habían llamado a mí. Me dijo que su nombre era Martín Pugliese y que el trabajo era para una empresa de transporte que funciona donde era Frutos de Cuyo”, comentó Milena. El hombre en cuestión le indicó que las entrevistas solo las realizaban de manera telefónica y si quedaba seleccionada comenzaba directamente a trabajar con un sueldo de 1.500 pesos por día. “Me dijo que uno de los requisitos fundamentales era usar pollera cortita, pero no una pollera tubo, sino una mini, porque las polleras largas era para las viejas”.

El padre de Milena se comunicó con la supuesta empresa denominada Transportarte y le contestó un portero explicando que la compañía era nueva. Horas más tarde volvieron a comunicarse con la joven para continuar con la entrevista y le comentaron que su padre había llamado por teléfono, fue en ese momento donde comenzaron a insistir nuevamente con la indumentaria que debía utilizar para trabajar en la mencionada compañía. “Me sentí muy incómoda cuando me decían que debía vestir sensual y con pollera cortita. Finalmente corté y decidí bloquear el número, pero también decidía hacerlo público para que ninguna chica que esté buscando trabajo pase por lo que pasé yo”, finalizó Milena.