Hoy, los chicos del sufrido poblado de Casas Viejas, a la sombra del cerro Pie de Palo, Caucete, volverán a clases. Es que por falta de un docente (renunció) allí no pudieron comenzar el ciclo lectivo el 29 de febrero, por lo que el Ministerio de Educación buscó un reemplazo. Y el designado fue un maestro, quien hoy subirá al lugar para empezar a enseñarle a 20 alumnos.

Si bien a fines del año pasado llegó la primera docente a Casas Viejas, renunció antes de este ciclo lectivo y hubo tres llamados para ocupar el cargo, sin prosperar. Fue en el último que hubo interesados y finalmente fue un maestro, Francisco Vidal (33), quien se quedó con el puesto. Tiene dos hijos, Martino (8) y Lorenzino (8) y estaba a punto de ingresar a una empresa para ser chofer de micros, cuando se enteró de la vacante. Su vocación docente fue más fuerte y decidió resignar un mejor sueldo y estar en su casa con sus chicos para hacer docencia en un sitio que desde hace años reclama educación.

‘Sé que va a ser sacrificado, que las condiciones para enseñar y vivir allá no son las mejores, que me voy con mamá, Adela, internada y un montón de desventajas, pero esto es lo que siempre quise hacer. Me motiva empezar de cero con la escuela de Casas Viejas y también poder aportar a la comunidad. Siento que tengo mucho para hacer’, dijo Francisco, nacido en Santa Lucía y ahora vecino de Caucete.

Estudiaba Trabajo Social cuando entendió que lo suyo era ser maestro, tal como lo fue su padre, Francisco. Cambió de carrera y se recibió hace cinco años. En este tiempo fue docente suplente en escuelas de Santa Lucía y Caucete. Pero con una familia a cargo, buscaba estabilidad laboral y así encontró la posibilidad de ser chofer en una empresa de ómnibus. Estaba en las prácticas cuando se enteró de que la maestra que tenía el cargo de Casas Vejas renunció.

‘Mi mujer, Isabel, entendió, me apoyó e incluso me dijo que nunca tendría que haber buscado otra opción que no sea ser maestro. Así que hablé en la empresa de colectivos, acomodamos todo en casa y ya este lunes me toca la primera subida al poblado, de muchas que espero poder concretar’, confesó el maestro, quien hasta los 20 años fue misionero.

La de Casas Viejas es un anexo de la escuela República Argentina, de Bermejo. Por ahora no tiene aulas, sino la galería de la casa de una familia del lugar, el docente debe dormir en la capilla y cocinar para él y preparar la Copa de Leche en un anafe. En Casas Viejas no hay luz de red, ni agua potable ni gas, además de que tampoco hay señal telefónica.

El director de la escuela República Argentina es Nelson Andrada y se mostró feliz por lograr que otra vez haya un docente designado para Casas Viejas, luego de varios trámites e idas y vueltas. ‘Estimamos que en unos 20 días estarán listos los módulos para las aulas y la casa de los docentes, así que ya pedimos que mejoren la huella para poder subirlos. Con viento a favor, creemos a fines de abril ya estará todo montado. Otra buena noticia es que logramos conseguir la creación de un cargo de Nivel Inicial, así que posiblemente en los próximos días salga el llamado’, expresó Andrada. Es decir que si todo sale como desean, Casas Viejas pasará de ser un poblado que anhelaba tener maestro a uno con escuela Primaria y salita de jardín de infantes.