El papa Francisco confesó ayer a cinco jóvenes elegidos al azar entre los miles de participantes de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), durante su primera actividad en la Quinta de Boa Vista donde se realiza la feria vocacional. El pontífice escuchó a un venezolano, un italiano y tres brasileños escogidos por sorteo y tomando como referencia no su país de origen, sino la lengua en la que hablan, a fin de que el Papa pueda comunicarse mejor con ellos.
Los organizadores dijeron que los nombres de los jóvenes no fueron difundidos para “preservar la intimidad” de quienes participaron del sacramento cristiano de la Confesión. Francisco se hizo presente en el predio ubicado cerca del estadio Maracaná, donde se desarrolló la Feria Vocacional.