"Yo no me meto en la vida de nadie, no sé por qué ustedes vienen a meterse en la mía. Vienen a buscarnos para hablar de nosotros en un montón de páginas. No se los voy a permitir". Este fue el recibimiento a DIARIO DE CUYO por parte de un padre de familia que está atravesando por una situación desesperante. Hace unos días, su hija de 11 años lo hizo abuelo. Y se transformó en la segunda mamá más joven atendida en Maternidad del Hospital Rawson en los últimos 7 años (ver aparte). Y según dijeron después, sus padres no sabían que estaba embarazada.
El jueves pasado ingresó en Maternidad una pequeña de 11 años, con un grave cuadro de hipertensión provocado por el embarazo. Le tuvieron que hacer una cesárea urgente para salvar su vida. Y la de su bebé, que nació prematuro. A pesar de estar acostumbrados a asistir parturientas cada vez más jóvenes, los especialistas de Maternidad igualmente se sorprendieron con este caso. "Este año hemos atendido a chicas embarazadas muy jóvenes, pero no tanto como esta chiquita -contó María Cristina Urizar, jefa de Obstetricia del Hospital Rawson-. Cada vez hay más niñas mamás".
Según la doctora Urizar, este niña nunca asistió a los controles del embarazo necesarios, motivo por el cual sufrió las complicaciones mencionadas, que la obligaron a permanecer internada en Terapia Intensiva del Hospital de Niños. Y con atención psicológica.
A pesar de la promesa de mantener sus identidades ocultas ni dar detalles personales de la familia, los padres de la pequeña se negaron a hablar del caso. Pero por lo poco dicho por ellos, se puede presumir que desconocían que su hija estaba embarazada.
"El médico dice que está mejor, pero a veces se pierde -contó llorando la mamá de la niña-. Hay momento que no sabe quién soy. Esto no nos puede estar pasando. No quiero que nadie hable de ella ni de nosotros. Nadie tiene por qué saber lo que estamos viviendo".
Después del desahogo, la mujer comenzó a tiritar, y una cuñada le insistió para que se hiciera medir la presión o que por lo menos se tomara una aspirineta. No le hizo caso. Sólo quiso volver a la terapia para seguir cuidando a su hija.
Mientras se alejaba, su marido hizo un juramento. "Si mi hija un día me dice que la violaron y quién fue el que lo hizo, te juro que voy y lo corto en pedacitos, aunque me pudra en la cárcel. No me importa nada".
Ni él ni su esposa saben con certeza si el embarazo de su hija fue fruto de una relación sexual consentida o de una violación (ambos casos penados por la ley). Ella nunca les dijo nada sobre el tema.
El Código Penal tipifica los casos de menores de 18 años que fueron mamá como violación y estupro. También puede encuadrarse como corrupción de menores, aunque medie el consentimiento de la víctima. Esta carátula incluye circunstancias agravantes si la víctima es menor de 13 años, y fue convencida con engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción; y si el agresor es por ascendiente, cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o encargada de su educación o guarda. Ambos casos incluyen la pena de prisión.