“Los de Boca, ahí vienen los de Boca”, empezaron a gritar los gauchos de la columna de la 24ta Cabalgata de la Fe a la Difunta Correa. El micro de doble piso y la caravana de autos con banderas agitándose detrás no daba margen a las dudas. El colectivo que trasladaba a los jugadores de Boca desde el aeropuerto se cruzó por casualidad con los gauchos, en un instante único pues incluso sucedió justo a la altura de un control de la Policía frente al cementerio de 9 de Julio, así que los vehículos pasaron a muy baja velocidad. Hubo sorpresa y saludos de los futbolistas y gritos de los gauchos, en un momento irrepetible.

Clemente Rodríguez venía junto al chofer del micro y fue el primero en sorprenderse con los cientos de gauchos en sus caballos avanzando por la ruta, a la vez que señalaba con el dedo, incrédulo. Y desde las ventanillas del piso superior empezaron a agitar sus brazos los jugadores. En tanto, los gauchos gritaban y se sacaban sus sombreros, respondiendo los saludos. Fue un momento especial y que rompió la monotonía que traía la columna a esa altura, poco antes de las 17.

La Cabalgata de la Fe comenzó ayer una vez más su tradicional rito de viajar a Vallecito y para sus organizadores, cada vez con más presencia de otras provincias. Este año hay representantes de Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, La Rioja, San Luis, Tucumán y por primera vez también de Neuquén, La Pampa y Tierra del Fuego, informaron desde la Federación Gaucha Sanjuanina. Además, volvieron a estar presentes los jinetes de Chile, por lo que otra vez la Cabalgata tuvo carácter binacional.

Por su parte, los gauchos ayer agradecieron constantemente por el Sol, que entibió la tarde y despejó todos los temores de mal clima. El año pasado, la Cabalgata se suspendió por frío y la lluvia y no querían volver a sufrir ese percance.