Impecable. Así se podría definir el operativo de seguridad que montó la Policía de San Juan para que la primera final del TDI tuviera el marco que un partido de éstas características se merece: con las dos hinchadas. A cancha llena, los hinchas de los dos equipos fueron perfectamente aislados, evitando cualquier contratiempo. Los de Atenas ingresaron por el acceso más cercano a calle Aberastain para instalarse y copar el sector Oeste, Sur y Norte del estadio Mirasol, mientras que el público de Villa Obrera, que rondó los 300 hinchas, se ubicaron en el sector Este, ingresando por un acceso más cercano a la Calle 14 y siendo encapsulados por la policía para llegar y salir de Pocito por Ruta 40.

La hinchada de Atenas metió ruido, color y aliento en la previa. Cuando ingresó su equipo, fue un estallido total con bengalas de humo incluidas. Luego, en el primer tiempo, deliraron con los goles pocitanos. Luego, lamentaron el empate pero le dejaron claro el mensaje al Mirasol: el domingo hay que ganar.

Del otro lado, los de la Villa metieron todo su colorido a lo largo de todo el juego y se fueron borrachos de esperanza, sabiendo que en La Boutique no gana cualquiera y que el ascenso está más cerca que nunca.