- ¿Por qué renunció?

- Después de un momento de reflexión que fue en mi licencia anual, a raíz de una serie de situaciones que evalué, tomé esa decisión. Por razones estrictamente particulares. En Fiscalía de Estado podríamos decir que hubo cuestiones que resultaron positivas, otras no tanto, hubo una serie de crisis. Obviamente que las crisis ocasionan un desgaste, principalmente anímico. Cuestiones externas e internas me motivaron a pensar que mi etapa está cumplida, pero siempre con la tranquilidad de haber cumplido con el deber. Hay cuestiones pendientes, otras que están encausadas, como el tema penal en materia de expropiaciones.

- ¿Tuvo que ver el tema de las expropiaciones?

- Por supuesto que la crisis de las expropiaciones, que viene de hace tiempo, tiene que ver. Pero también hay una serie de cuestiones que a lo mejor no tienen la relevancia de esto, pero que significan una ocupación y en la sumatoria influyen en el ánimo, en el sentido del cumplimiento de una etapa.

- ¿Se siente responsable de no haber detectado lo que pasaba con los juicios por expropiaciones?

- Creo que con los elementos que teníamos no podíamos tener un control eficiente sobre esos procesos, máxime si alguien era desleal. Quizás con sistemas más sofisticados se podría haber tenido la información más concreta. En su momento se pensó que los abogados involucrados hacía las cosas bien, pero no pasó eso. Lo que le puedo asegurar es que la columna vertebral de Fiscalía está conformada por abogados idóneos y que hemos hecho todo por defender a la provincia.