El presidente de Independiente, Javier Cantero (foto), fue blanco de la mayoría de los insultos que se dieron ayer en el hall del club tras el empate ante los mendocinos. El directivo, quien vio el partido desde un palco, se retiró del estadio sin hacer declaraciones, mientras una de las dos barras que estuvieron en el Libertadores de América lo insultaba e incluso le reclamaba la renuncia.
En cada cabecera del estadio de Avellaneda hubo una barrabrava y nuevamente al líder de una de ellas, Pablo Bebote Alvarez, se le aplicó el derecho de admisión para que no ingrese.