Tiene una mochila grande y pesada en la espalda, que lo llevó a jugar tres torneos nacionales y argentino A. Pero su historia se hizo más gigante por su semillero. Un club que sembró verdaderas estrellas del fútbol argentino. Un 3 de noviembre de 1979 en Río Cuarto nació Pablo Aimar. Desde muy chico comenzó a jugar en Estudiantes de Río Cuarto. Se crió y tomó amores por esos colores. A los 14 años Pékerman lo llevó al seleccionado juvenil. Tanta magia mostró, que luego en 1994 emigró a River Plate a un prueba. Deslumbró y con 15 años comenzó su carrera en el equipo de Nuñez. Su hermano, Andrés Aimar también nació en el ´Celeste´, luego pasó por Iinstituto y posteriormente por River. Ambos no llegaron a ser profesionales en Estudiantes, porque emigraron desde muy jóvenes.

Pero la lista no queda ahí, el arquero ´Millonario´ Franco Constanso también fue producto de las inferiores de Estudiantes. Llegó a jugar un partido en la Primera División en el año 1995 por el torneo argentino A y de ahí partió a River Plate.

Aunque el León también cosechó futbolistas que se fueron a Boca Juniors. Héctor Bracamonte, aquel nueve alto y goleador que brilló en Boca en 1998.

Hoy por hoy el club vive un momento que hace tiempo no atravesaba. Estudiantes tiene un predio deportivo importante con una pileta grande, cancha de tenis, padel y un complejo cerrado con cancha de basquet. En este último año la dirigencia invertió más de 200.000 pesos en obras, tribunas, vestuarios y sector de prensa. El 95 por ciento del plantel es de la cantera del club lo que muestra un gran avance de un club que tiene una cuna de estrellas.