�’Ante estos casos, siempre digo lo mismo: el problema no es el animal, es el dueño. El pitbull es un perro de mucha fuerza, pero no nace agresivo, sino que la gente lo cría para que sea así. Lamentablemente, hay dueños que los usan para peleas de perros y los exhiben como trofeos, como si fuera una competencia para determinar cuál es más feroz. Además, son animales que exigen que al menos dos veces por semana hagan ejercicios. Cuando hay ataques de este tipo, desde la protectora siempre recomendamos la reeducación del animal y de sus dueños; y para eso hay varios especialistas’.
