La presunción de las autoridades de Salud Pública tras la internación de Daniel, el hombre esquizofrénico que se encontraba en estado de abandono en un baldío y generaba temor en sus vecinos, de que no había garantías de que volviera a esa vida, se cumplió. Aunque mucho más rápido de lo que pensaban. Pese a que estimaron un tratamiento de por lo menos dos meses, Daniel finalmente se fugó y regresó a esa construcción abandonada de un predio de calle Corrientes y Mendoza, Concepción.

"Me escapé’, dijo Daniel, en un rapto de lucidez pese a sus síntomas de encontrarse bajo los efectos de una medicación. Precisamente, desde Salud Pública habían revelado que Daniel (su apellido se reserva por cuestiones legales) estaba con tratamiento psicofarmacológico en el Hospital Mental, aunque sus antecedentes de paciente crónico, continuas fugas y tendencia a vagabundear le auguraban un futuro sombrío. Ayer, el hombre, que estaba afeitado y con ropa limpia, almorzaba unos rosquitos y bajo el Sol, en total soledad.

"Me da mucha pena y siento que se va a morir de frío cualquier noche de estas, porque no tiene abrigos ni frazadas. Lo que está comiendo es lo que le dimos algunos vecinos’, dijo Laura Ortiz, una vecina, mientras se dirigía junto a María de Riveros a buscar un colchón para ayudarlo.