El delantero y goleador de Marquesado, Darío Balmaceda, está muy golpeado. Tiene la cara con varias lesiones. Además hinchada la cabeza, el rostro con muchas raspaduras y los ojos hinchados, pero puede hablar y está fuera de peligro. Ayer estuvo acompañado por sus tres hermanos en el Rawson. “Sueño con jugar al fútbol dentro de dos meses y volver ha hacer goles como antes”, señaló Darío, ilusionado dentro de tanta tristeza encima después del accidente, del cual Balmaceda se acuerda poco, aunque se le vienen imágenes difusas. Aunque, como su compañero Nery Rodríguez, también internado, desconocen aún el fallecimiento de Eduardo Ocaña. “Ese día no jugué, porque tenía dos fechas de suspensión del año pasado, pero fui a ver a mis compañeros. Después me quedé a comer algo como siempre. Ya era de noche y con la lluvia nos vinimos con Nery en la moto. Él es mi cuñado y lo llevaba a su casa, para después irme a la mía. Eduardo (Ocaña) iba en la suya”, contó Darío Balmaceda (está internado en la zona de urgencias del hospital Rawson), quien agregó que no se acuerda “de nada del accidente, sólo del impacto nada más”.
