Si de algo están seguros los miembros de la Unión Vecinal de Bella Vista es de sus locros, calificados por ellos mismos como unos de los platos mas ricos que puede probarse en Jáchal. Pero a la hora de nutrir conocimientos no dejan de complacerse por su biblioteca con unos 800 libros y un módulo con seis computadoras donado por capitales mineros para que puedan aprender informática vecinos de la localidad de Bella Vista que no fueron a la escuela y que suelen ocuparse de trabajar la tierra.
"Además de PC (computadoras personales, por su sigla en inglés), el módulo que funciona desde 2011 tiene aire acondicionado, sillones y escritorios. Estamos por empezar a dar clases para jóvenes y adultos. El lema es trabajar por la educación y la cultura para todos", dijo el docente Jorge Balderramo, presidente de la Unión Vecinal fundada el 24 de agosto de 1969.
Con 20 miembros, la Unión Vecinal está en una casa con paredes de adobe de un metro de espesor, herrería artesanal y puertas de algarrobo. Además de pilares hexagonales de arquitectura española, en el frente luce un mástil con una bandera como testigo de la época en que funcionó una escuela en la casa donde hoy se reúnen la unión vecinal.
Sus miembros cuentan las horas para mudarse por estos días a una casa donada por el municipio donde se instalarán definitivamente, ya que su actual punto de encuentro es un inmueble cedido en condición de préstamo.
Entre sus logros clave, la Vecinal gestionó la instalación de cañerías para que los vecinos tengan agua potable, que llegó en 1997 a la zona poblada por unas 500 personas.
"Antes usábamos agua del canal, a la que le echábamos gotas de lavandina. Venía con herbicida usado en actividades agrícolas’, contó uno de los vecinos tras recordar la época en que se bañaban con agua fría. "Ahora tenemos termotanques, pero falta conseguir el asfaltado de calles" detallaron los integrantes de la unión vecinal, que en ocasiones ha tenido que ayudar con plata a vecinos que necesitaban atención médica.
Reconocen ser una comunidad de pocos recursos y pocos niños. "Es un lugar muy tranquilo, pero cuando se convoca a los vecinos vienen todos’ concluyen.

