No se animó el gobernador Gioja. Tenía ganas y tres veces se paró frente al tubo de color gris. Pero después de tantear el metal, mirar varias veces hacia abajo, solicitarle consejos a un bombero para ver cómo tenía que hacer y hasta pedirle los guantes en un arrojo de decisión, el gobernador frenó su ímpetu y no probó la perlita que tiene el flamante cuartel de Bomberos de Rawson: el caño para bajar de los dormitorios al garaje de las autobombas, tal como se ve en las películas norteamericanas. "Así con los trajes es fácil, che", bromeó Gioja y cerró sus amagues de bajar por el caño. Fue ayer, en el acto de inauguración de la remodelación y ampliación del Destacamento Número 1 de Bomberos de Rawson, que ahora funcionará en un edificio modelo y que dejó en el olvido a la vieja estructura en la que los bomberos dormían en un sótano oscuro y húmedo, con un solo baño para todo el personal.
El destacamento de Rawson nació en el barrio Obrero en 1986 y durante años trabajó en condiciones precarias, hasta que en 2009 comenzaron las obras de remodelación. El nuevo edificio costó $1.500.000, es el primero de la Policía en poder albergar a hombres y mujeres y cuenta con oficinas, duchas, dormitorios, cocina y hasta un garaje techado, además del caño.
Orlando Ríos es el jefe de Bomberos de Rawson y contó que hace unos años, un policía quiso experimentar cómo era ser bombero y pasó un día en ese destacamento. "Aquella vez corrió viento Zonda y los muchachos terminaron la labor como a las 4 de la mañana. Algunos quisieron bañarse, pero el agua no alcanzaba para todos, así que se fueron a dormir. Cuando el invitado quiso ver dónde dormían, descubrió que los bomberos lo hacían en un sótano. Al otro día, ese hombre comenzó a trabajar en el nuevo destacamento. Ese policía es Miguel González, actual jefe de Policía provincial", relató un emocionado Ríos, quien en su discurso de inauguración le pidió públicamente a Gioja crear la Brigada de Explosivos en Rawson (el gobernador dijo que iba a estudiar el pedido).
"Ver a los bomberos en ese sótano húmedo, en penumbras, sin ventilación y pese a todo, sin ver malas caras, para mí fue una lección de vida, más allá de la tristeza que me generaba. Por eso, este nuevo edificio es como un sueño cumplido", apuntó González. En el Destacamento Número 1, los dormitorios ahora están en planta alta, tienen aire acondicionado y ropa de cama con el escudo bordado de la Policía de San Juan. Y su puerta no es convencional, ya que consiste en una escalera que rodea al caño. Todo está pensado en la velocidad y los números que cronometró este diario lo confirman: en caso de emergencia, bajar a las apuradas los 30 peldaños de la escalera eroga entre 17 y 20 segundos, mientras que con el caño, los bomberos están listos para la acción en apenas 4 segundos.

