Pequeña. Esa es la primera palabra que se le ocurre a Facundo Bueno, de 12 años, para describir cómo era la escuela Rosario Vera Peñaloza. Él cursó la primaria compartiendo el aula con chicos que iban a otros grados. Pero desde 2012, la situación de los alumnos de esa escuela cambiará. Estrenarán las refacciones del edificio, que ahora tiene un aula para cada nivel. Por eso, esa escuela fue elegida por las autoridades del Gobierno para hacer el balance y cerrar el ciclo lectivo 2011 (ver aparte).

‘Quiero darles las gracias por la escuela que tenemos hoy, con espacio para estudiar y jugar. Volveremos de las vacaciones con muchas ganas‘, les dijo Eliana Pérez, una alumna, a las autoridades. Es que, antes de las refacciones, el edificio de la escuela de Médano de Oro, en Rawson, era insuficiente e incómoda para los 44 alumnos que debía albergar. La división de una galería servía para que estudiaran los niños de Jardín de Infantes. Primero y Segundo Grado compartían una sala. Tercero, Cuarto y Quinto, otra. Y los chicos que iban a sexto tenían el privilegio de estar solos en un aula, pero era diminuta.

‘Cuando estábamos en Tercero, Cuarto y Quinto, la maestra dividía el pizarrón en tres para darnos clases. Era complicado‘, contó Lisandro Pérez, de 12 años. Y su compañero, Facundo, agregó entre risas que ‘lo bueno era que a parte de aprender lo nuestro repasábamos lo del año anterior o íbamos conociendo lo que nos iban a enseñar el año siguiente‘.

Ahora, en cambio, el establecimiento tiene un aula para cada nivel. Además de una cocina, un salón de usos múltiples, sanitarios nuevos y un espacio para los docentes.