El paso de los años cambió las costumbres y tradiciones. Si bien el Día del Estudiante mantiene su espíritu, en las últimas décadas pasó del disfrute en un día de camping con los maestros y rondas de mate con las infaltables galletitas con picadillo, a escuchar rock y usar ramitas de sauce a modo de vincha, para luego disfrutar megafestejos en el Parque de Mayo con las mejores bandas del momento.
A principios de la década del ‘60, la llegada de la primavera se festejaba con desfiles de carruajes en pleno centro, a cargo de diferentes escuelas. En 1960, por ejemplo, hubo un encuentro de 34 escuelas del Gran San Juan que armaron carruajes para desfilar ante una multitud que se acercó a la avenida Rioja, entre Libertador y Córdoba.
En los ‘70, las juntadas de los estudiantes básicamente eran en el ingreso a Zonda, el cerro Blanco y también en La Laja, Albardón. “Nosotros íbamos siempre a Zonda. Viajábamos en el camión del padre de un compañero y en la mañana era mate y galletitas con picadillo, para después hacer el asado. Escuchábamos rock en grabadores con pilas, usábamos camisas floreadas y era común atarse en la cabeza ramitas de sauce”, recordó Luis Márquez, exalumno de la escuela Industrial entre 1974 y 1978.
También, por entonces no era nada raro que algunos cursos fueron a los camping acompañados por preceptores y maestros, algo que hoy prácticamente no figura en la cabeza de los chicos.
Hacia la década de 1980, El Pinar era uno de los campings que concentraba las preferencias de los chicos. “Varios grupos armábamos las carpas y nos pasábamos todo el día. Y si nos daban permiso, por ahí nos íbamos la noche anterior. Hasta esa época, diría que la juventud no necesitaba de alcohol para divertirse”, contó Mario Zalazar, egresado de la escuela Boero.
En los ‘90, ya se hicieron comunes las estudiantinas en las escuelas y en los campings. Se elegía a la reina y también al mariposón. Además, en esa década entraron en escena los festejos multitudinarios en el Parque de Mayo, como en 1992 cuando los organizó DIARIO DE CUYO y cantaron los Fabulosos Cadillacs o al año siguiente, cuando una organización partidaria trajo, entre sus números centrales, a las Tinelli’s. También el dique de Ullum pasó a ser un lugar que, hasta la última sequía, prácticamente era un clásico de los chicos.
Ya en los 2000, siguieron los festejos en los campings, aunque también aparecieron las previas con mucho alcohol, algunas en casas alquiladas por los estudiantes, que obligaron a extremar los controles. También se hicieron comunes los festejos centrales en el Parque de Mayo, con verdaderas multitudes que aún responden a la convocatorias de las mejores bandas.
