El rojo del tapizado es casi imperceptible por la capa de tierra que lo cubre. Las cubiertas están rasgadas y uno de los faros traseros está roto. Pero, pese a su deslucido estado sigue siendo objeto de admiración. Los extranjeros que llegan a la provincia van a verlo al garaje donde se encuentra abandonado desde 1986. Esta convocatoria hizo que el gobierno decidiera reciclarlo y ponerlo en valor. Se trata del Packard 1927, auto que la Presidencia de la Nación le regaló al gobernador Federico Cantoni para usar en actos oficiales, y que pasará a ser una de las principales atracciones del Museo Histórico Provincial Agustín Gnecco.

Al fin el pedido de quienes trabajan en el garaje oficial fue escuchado. Hace tiempo enviaron una carta a Casa de Gobierno, solicitando fondos para reparar este antiguo auto que se iba deteriorando cada vez más con el paso del tiempo. Pero no obtuvieron respuesta por lo que se tuvieron que conformar con seguir limpiándolo con plumero y lustramuebles. Hasta ahora. Es que el propio gobernador José Luis Gioja le dijo a DIARIO DE CUYO que dentro de poco el vehículo será restaurado y expuesto en una sala principal del Museo Gnecco porque ‘es una joya del automovilismo y de gran valor histórico para los sanjuaninos‘.

Este será el segundo intento de volver a ponerlo en marcha. El primero estuvo a cargo de Alfredo Avelín quien, en el 2001 durante su gobernación, quiso reciclarlo para trasladar gratuitamente a las novias hasta la iglesia. El proyecto no prosperó porque en el año 1982 el Packard fue declarado Reliquia Histórica, por lo que sólo podía ser expuesto en muestras o salones, limitando su uso sólo a actos oficiales. De esta manera quedó parado definitivamente.

Por su valor económico y las características de limusina, fue el primero de su estilo que llegó a la provincia. Con un bar escondido dentro del asiento delantero, el Packard sanjuanino estaba reservado sólo para grandes ocasiones como desfiles o visitas presidenciales.

En 1936 se utilizó para trasladar al presidente Agustín P. Justo en una de sus visitas a la provincia, y cuatro años más tarde, para recibir a Monseñor Audino Rodríguez y Olmos. Pero su época más activa fue durante la intervención de Evaristo Pérez Virazoro (1941) y en la gobernación de Ruperto Godoy (1947) que lo aprovecharon para pasear y viajar a departamentos alejados.

Raúl Alfonsín, en 1986, fue el último presidente argentino que paseó por las calles sanjuaninas a bordo del Packard.