Tanto Cáritas San Juan como las demás instituciones que ocupan la casona de Mitre 240 Oeste sabían que esto podía ocurrir, ya que tras ocupar durante años distintas sedes, fueron recalando allí porque el Arzobispado les prestó el lugar. Ese inmueble fue comprado durante el periodo en que Italo Severino Di Stéfano fue el arzobispo de San Juan (1981 a 2000). Fue a principios de los “90 cuando Di Stéfano inauguró el edificio contiguo como nueva sede del Arzobispado. Entonces, según contó el padre Román, para que la casa en desuso no se convirtiera en un edificio abandonado, la fueron prestando. Así, al poco tiempo se mudó Cáritas y con los años las otras instituciones. Salvo la luz, que pagaban entre todos, y las líneas de teléfonos de Cáritas y el Servicio Sacerdotal Nocturno, el resto de los servicios y los impuestos los afrontaba el Arzobispado.
