La noche del domingo pasado fue excepcional para los efectivos del Operativo Verano: en un lapso de unas dos horas y media, cuatro vehículos quisieron evadir sus controles y, por primera vez desde que los hacen, tuvieron que tomar sus movilidades oficiales y emprender peligrosas persecuciones por las calles de Marquesado. Los conductores, una vez alcanzados e interrogados por los policías, admitieron que se habían escapado porque habían tomado alcohol. Esto es parte del saldo que dejaron, según el jefe de la Policía de San Juan, Miguel González, los festejos de Año Nuevo y este fin de semana largo que pasó.
Las cuatro persecuciones se hicieron entre las 21,30 y las 23 del domingo y los vehículos involucrados en ellas fueron un VW Golf, un BMW, una Toyota Hilux y un Fiat Uno. Y, a pesar de que los cuatro habían hecho tramos en contramano por la calle Teniente Galindez de Marquesado para evitar ser atrapados, tanto los conductores y sus acompañantes como los oficiales de policía resultaron ilesos.
Además de esos sucesos inéditos, González informó que para los festejos que pasaron (tanto los de Navidad como los de Año Nuevo) se duplicó la cantidad de vehículos radiados y de detenidos alcoholizados en relación a las mismas fechas del año 2008. Eso porque "hemos triplicado la cantidad de efectivos en calle y porque los controles tanto del Operativo Verano como del Operativo Boliches son más intensos", dijo el jefe de la Policía.
Como resultado de esto, 85 vehículos fueron radiados durante el fin de semana que pasó, 50 de los cuales porque sus conductores manejaban en estado de ebriedad y el resto porque cometieron infracciones contra la Ley Nacional de Tránsito (no tenían luces reglamentarias o la documentación obligatoria). Para el fin de semana del 25 de diciembre el total de radiados fue de 43 y 21 de ellos, por ebriedad.
"Uno de los casos más graves de este fin de semana lo tuvimos en Caucete, donde a un hombre que iba manejando se le detectó 2,2 grados de alcohol en sangre (el máximo permitido es 0,5; lo que equivale aproximadamente a un vaso de cerveza o una medida de whisky) y lo peor de todo es que iba con su mujer embarazada de unos 6 meses al lado. Para colmo, no quería admitir que él iba manejando", comentó González.
En cuanto a las actas de infracción entre el 31 de diciembre de 2009 y 3 de enero de 2010, en total se labraron 201. A las que se agregan las 72 del fin de semana largo anterior y que también suman más del doble de la cantidad que se hizo para las mismas fechas del 2008. Los motivos más frecuentes de las contravenciones fueron por consumir bebidas alcohólicas en la vía pública (algo que está totalmente prohibido) y, en menor cantidad, por causar desorden.
Por su parte, el número de personas detenidas también fue significativo. Entre el jueves y el domingo pasado hubo 95 detenidos por ebriedad y por causar desmanes en la vía pública. "Nosotros pensábamos que para el 31 y los días que le siguieron no íbamos a tener tantos casos de detenidos ni infractores, pero las cosas se dieron al revés. Parece que durante Navidad la gente la pasa más en sus casas, se trata de festejos más familiares. En cambio, para Año Nuevo todo el mundo quiere salir", dijo el comisario.
Lo que agrava más las cosas, agregó, son las fiestas privadas, ya que "allí no hay control de ningún tipo: no prohíben la venta de alcohol a menores, cierran a cualquier hora y hasta se pueden originar todo tipo delitos en esos lugares como los que atentan contra la integridad sexual, ya que se encuentran en descampados alejados a los que no accede ni siquiera el servicio de remises".