Lo más difícil fue dar el paso clave, que dejara de ser una linda idea para concretarla. Y eso pasó un día, cuando se dieron cuenta que tenían todo, pero por sus trabajos Diego y Jorgelina sólo se veían por las noches y que su hijo Tomás pasaba mucho tiempo sin ellos. Entonces, renunciaron a sus trabajos, vendieron sus autos, la moto, algunos bienes, el negocio que formaron y dejaron todos sus esquemas y rutinas para empezar a viajar. En una camioneta que convirtieron en motorhome pretenden unir Ushuaia con Alaska, en un viaje que tardará aproximadamente cuatro años. A esa aventura le pusieron nombre y se llama Creciendo en el camino, porque la idea es disfrutar de una manera especial de su hijo, antes de que empiece la escuela. Se trata de una familia rosarina que está en San Juan recorriendo diferentes lugares y que en los próximos días retomará las rutas al Norte.

‘De novios recorrimos el Sur en bicicleta y después el Norte en moto, hasta Machu Pichu. Pero queríamos vivir en un viaje sin tiempo y recorrer el continente de punta a punta. Costó concretarlo, porque no es fácil dejar todo lo que conseguiste. Pero hoy ningún día es igual a otro y todo es una aventura constante. Y, fundamentalmente, el 100 por ciento de nuestro tiempo estamos juntos y compartiendo cosas’, contó Diego Ponce de León, quien era profesor de Educación Física y manejaba el negocio que gestaron con su esposa.

‘Yo soy un poco más estructurada que Diego, pero me encanta lo que hacemos y disfruto mucho de la maternidad de esta forma. Soy Licenciada en Tecnología de Alimentos y además trabajaba en un shopping, pero a mi hijo no lo veía durante horas. Hoy todo eso cambió’, dijo Jorgelina.

La aventura ya lleva cuatro meses, 10 provincias recorridas y 12.000 km transitados, pero en total tardará unos 4 años y al final van a desandar más de 100.000 kilómetros. El límite de tiempo lo pone Tomás, porque el viaje terminará cuando sea hora de que empiece la escuela.

Su camioneta fue transformada en motorhome por ellos mismos. Tiene baño, un pequeño dormitorio, cocina, heladera, una mesita y algunos chiches tecnológicos para aumentar el confort. ‘Es nuestra casa y la amamos. El viaje no tiene un recorrido definido porque justamente vamos conociendo y armándolo día a día. En algunos lugares estuvimos un día y en otros nueve. En general, cuando llegamos a una provincia pedimos información turística y ahí vemos dónde ir, pero tratamos de no ver fotos porque queremos sorprendernos’, apuntó Diego.

Ellos ya habían estado en la provincia en una de sus tantas aventuras, como unir San Juan con La Quiaca en moto y por la Ruta 40, así que ya la conocen y le tienen cariño. De todos modos, ahora pasearon por la ciudad, cenaron en lo de unos amigos y ayer fueron a la Difunta Correa y al dique de Ullum. En tanto, hoy quieren ir a Barreal, para luego despedirse de la provincia (si es que así lo definen). ‘A esta altura pensábamos estar al Sur de Perú, pero recién pasamos la mitad de Argentina. Pero eso es lo lindo que tiene nuestro viaje’, cerró Ponce de León.