‘Si está la planta, tenemos la obligación ambiental de separar’, dijo Ariel Pittavino, subdirector del Parque de Tratamiento Ambiental, la planta que procesa la basura de casi toda la provincia. Por eso ayer y por primera vez, las bebidas alcohólicas secuestradas el Día de la Primavera no fueron enterradas como pasó anteriormente, sino que separaron y clasificaron el decomiso para hacer el posterior reciclaje, aprovechando la estructura de la planta de tratamiento de residuos. Si hasta las tapitas de los envases juntaron los empleados, en un operativo que demandó casi dos horas. La destrucción del lote de bebidas alcohólicas fue una medida judicial y se hizo por tercer año consecutivo a la vista de la prensa.
En esta ocasión, según informó el subjefe de la Policía, Roberto Castro, durante el operativo del Día de la Primavera incautaron 1.000 litros de alcohol, es decir, 55 litros más que el año pasado y 80 más que en 2009. Además, de acuerdo a las actas, esos 1.000 litros estuvieron distribuidos en 315 envases de plástico, vidrio y aluminio (desde damajuanas a petacas) y 175 cajas de tetra brik.
‘Vengo por el souvenir‘, decía bromeando uno mientras miraba la cantidad de botellas de fernet, vodka y champán.
Otro invitaba a traer hielo y no faltaban los que ponían cara de tristeza porque decían que eso era como un velorio, en los chistes de rigor.
Lo cierto es que una vez que bajaron todas las bebidas de las camionetas, los obreros comenzaron a destapar los envases y a abrir los tetra brik. Cada tapa de botella (las de lata, plástico y corcho) fue arrojada a un recipiente, para su clasificación. En un contenedor arrojaron luego los líquidos, mientras que en otro tiraron los envases de vidrio, que luego fueron llevados al molino para su destrucción total. A su vez, en distintos carros separaron los envases de plástico, los de tetra brik y los de aluminio, que apenas fueron seis latas de cerveza. Como no había muchas botellas de plástico, en vez de compactarlas las llevaron momentáneamente sólo para acopio (para prensarlas necesitan un gran volumen), mientras que los tetra brik vacíos fueron compactados en la prensa y apenas quedó un bloque de lo que antes fueron 175 litros de vino tinto de distintas marcas.
Por otro lado, a los 1.000 litros de alcohol acumulado en el contenedor lo tirarán sobre las pilas de desechos orgánicos para el compost, en un procedimiento posterior que iba a ser lento ya que por la conformación de las camas (largas filas ubicadas en una terraza fuera de la planta), al líquido debían arrojarlo con baldes.
Pese a la intensificación de los controles en el Día de la Primavera, cada año fue creciendo la cantidad de alcohol secuestrado, más allá de que haya sido en poca cantidad (80 litros más en tres años).
Y el ingenio de los jóvenes para ocultar las bebidas sigue sorprendiendo: además de enterrar las botellas con varios días de anticipación, este año encontraron alcohol escondido en una silla de ruedas, en parlantes, detrás de los faros de los autos o disfrazando vino espumante por energizante de color azul.

