La familia de Joakín Rodríguez volvió a denunciar que la obra social Andes Salud dejó de hacerse cargo de las hormonas que el nene de 5 años necesita para sus problemas de crecimiento, misma enfermedad que sufrió de niño el astro argentino Lionel Messi.

"Su crecimiento depende del uso de hormonas de crecimiento ya que su diagnóstico médico es déficit de hormonas de crecimiento. Él necesita esta medicación porque sin ella no podrá crecer y tener una altura normal", dijo allá por julio Matías Rodríguez, padre del nene. En aquel momento el hombre afirmó que la obra social venía cumpliendo con la medicación, pero que en marzo, con la llegada de la pandemia, les comunicaron que no tenían fondos y que no podían seguir haciéndose cargo del tratamiento de Joakín.

El nene debe ser tratado hasta los 16 años.

Tras la publicación de este diario, la familia obtuvo respuesta y la situación se normalizó. Sin embargo, ahora volvieron los problemas.

"En aquel momento lo pudimos solucionar. Pero ahora nos mandan la medicación que no corresponde y nos dicen que de la que solicita la doctora no hay en stock. Nosotros hemos consultado al laboratorio y sí hay stock. Lo que no quieren es mandarnos lo que corresponde", reclamó Rodríguez.

Cada inyección de hormonas tiene un valor de 35.000 pesos. Joaquín necesita tres por mes y a la familia se le hace imposible costear esos gastos. 

El origen del déficit  de la hormona del crecimiento y el caso Messi

El déficit de la hormona del crecimiento es un trastorno originado en la hipófisis, una glándula que se encuentra en la base del cerebro y que controla el equilibrio de las hormonas del cuerpo. También produce la hormona del crecimiento, la cual hace que un niño crezca.

Los problemas en esta glándula pueden afectar a diferentes funciones, además del propio crecimiento en estatura: “Por ejemplo,  puede afectar al desarrollo muscular o de otros órganos repercutiendo incluso en la salud futura de la persona que padece ese déficit”, explica Juan de Dios Beas, médico de la Educación Física y del Deporte y asesor de Clínicas Beiman.

Sin un correcto tratamiento, un joven deportista con esta patología tendría dificultades en llegar a la élite: “El déficit de la hormona del crecimiento produciría no solo un desarrollo físico menor y más lento, sino también un aumento del número de lesiones ya que el desarrollo de la musculatura no sería completo”, precisa Beas.

Éste era el diagnóstico de Messi, uno de los casos que se dan de este trastorno entre cada 10.000 nacimientos. A él, al igual que al resto de afectados, se le realizaron unas exhaustivas pruebas para verificar la necesidad o no del tratamiento. Entre estos exámenes figuran el control de peso y estatura del niño, y su relación con la curva del crecimiento.

Messi, como otros muchos niños, comenzó con su tratamiento para paliar el problema. Consistía en inyecciones subcutáneas que se suministró al menos durante tres años: “Una vez por noche me iba pinchando la hormona del crecimiento. Iba cambiando de pierna. Primero una, después otra. No me impresionaba. Al principio me la ponían mis padres, hasta que aprendí y lo fui haciendo solo”, relató el futbolista en un programa de televisión.

Las ampollas que se pinchaba Messi complementaban el déficit de suministro de la hormona del crecimiento de la hipófisis en su organismo. Este trastorno es uno de los seis supuestos en España en los que el Ministerio de Sanidad considera justificado el tratamiento con hormona del crecimiento en niños. Las pruebas son muy minuciosas y el suministro de la hormona supone un alto coste.

Los problemas económicos que tuvo Argentina en 2001 dificultaron a la familia de Messi poder seguir costeando este tratamiento en el país. El desarrollo del tratamiento aún no se había completado y Messi presentaba todavía retraso en su crecimiento. El club, Newell’s Old Boys, no podía hacerse cargo de las inyecciones. Se buscó ayuda en River Plate, uno de los grandes equipos del país, que declinó pagar la medicación. Fue entonces cuando surgió la posibilidad de ir a Barcelona.

A pesar de su baja estatura, las cualidades futbolísticas de Messi destacaron por encima de todos en las pruebas realizadas por el club español. Su fichaje por el Barcelona se produjo cuando tenía 13 años y medía 1,48 metros (tenía que medir 1,55 metros). Entre las condiciones para unirse al equipo se acordó que debía seguir sometiéndose al tratamiento.