Momentos de terror vive Patricia Vega Penino (43) desde un tiempo a la fecha. La mujer se desempeña desde hace 3 meses como secretaria administrativa en la escuela Provincia Santiago del Estero, de Capital. En diálogo con DIARIO DE CUYO aseguró que desde el 21 de noviembre viene viviendo "una pesadilla" debido un inconveniente que tuvo con dos madres que indirectamente trabajan en el colegio.  

"Un día de mucho calor, algunos padres se quejaron por la forma en que estaban vestidas estas dos mujeres que además de ser madres de alumnos de la escuela son presidenta de la Comisión de Padres y kiosquera del establecimiento. Como la directora no los podía atender porque estaba en reunión me pasaron el dato a mí. Yo fui a hablar con estas personas, a decirles que los papás estaban molestos con la situación, que no vinieran así para evitar inconvenientes. Ahí empezaron a insultarme, a preguntarme quién me creía yo, que yo no era nadie, que era una cheta, una oligarca, que me tomaba atribuciones que no correspondían", relató Patricia.

"Ese mismo día me siguieron y me amenazaron de muerte. Yo radiqué la denuncia en la Comisaría Segunda porque me generó miedo. Ese día, una tenía un short apretado, tapado con una remera gris y ojotas; y la otra una micro mini negra... se le veía la ropa interior y una musculosa de color salmón transparente y zapatillas. Todos los colegios tienen normas de convivencia. No pueden ir indecorosamente vestidas. Pasa en todas las instituciones", agregó. 

Según contó, días después, una de ellas junto y su hija la golpearon salvajemente dentro de la escuela. "Me tuvieron casi 10 minutos en el piso, me provocaron una lesión cervical en la zona del cuello, me dieron piñas y patadas. Estaban ensañadas, no me las podían sacar de encima". 

Penino aseguró que fue hasta el Ministerio de Educación a informar la situación que estaba viviendo, aunque sin resultados. "Nunca estudiaron el caso ni les preocupó. La solución que encontraron fue desplazarme de mi trabajo para mandarme a la sede de archivo, en el segundo subsuelo del Centro Cívico. Me parece muy injusta la decisión, tengo alergia crónica y soy diabética, no puedo trabajar ahí. Es un castigo por no haberme callado y haber hecho la denuncia", manifestó.

La mujer ya realizó tres denuncias policiales y su caso es llevado por el Juzgado Correccional Nº 5.