�Tras su histórico discurso de 1963, el movimiento abanderado por King logró la aprobación de la Ley de los Derechos Civiles (1964) y la Ley del Derecho al Voto (1965), diseñadas para prohibir la discriminación por razón de raza, género, religión y nacionalidad.
Aquellas protestas posibilitaron que hoy Obama sea el presidente, un logro que resultaría impensable en los tiempos de King, que imaginó otros avances que siguen pendientes. En 2012 el índice de desempleo de la población negra fue de un 13,8%, por un 8,1 de la blanca. Además, de los 40 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, un 25,8% son negras (frente al 11,6 % blancas). Entre 2000 y 2010, la tasa de encarcelamiento de afroamericanos fue 7 veces superior a la de los blancos. Un 15% de niños negros van a escuelas donde existe un ‘apartheid‘ oficioso dado que la presencia de compañeros blancos es próxima a cero.
El último gran revés contra minorías fue la anulación de una cláusula central de la Ley del Derecho al Voto de 1965 -uno de los legados de la época de Martin Luther King- que obligaba a los estados con historia de discriminación racial a recibir permiso federal antes de cambiar sus normativas sobre comicios. Esto podría ser utilizado para minimizar el efecto de los votos de grupos minoritarios.