El piloto argentino de motociclismo Eduardo Alan fue noticia el año pasado en el Dakar por su “desaparición” en la etapa mendocina, cuando estuvo más de 24 horas sin conocerse sobre su paradero. Esta vez fue testigo de una situación singular, en la complicada etapa entre Antofagasta y Copiapó: “´Marchaba por el desierto, en uno de los pocos tramos que no había piedras y estaba todo arenoso, pero liso. De repente me encuentro con la sueca Annie Seel (se autoproclama como la “princesa del Rally”), que estaba sola, sin la moto. Me acerqué mientras buscaba su máquina. ¿Dónde podía estar en el medio de la nada? Y al llegar, me muestra un terrible pozo, de seis metros de profundidad, y de dos metros por tres. Ella pasó por ahí, no lo vio, porque es imposible imaginarse que uno puede encontrarse con eso, y se cayó. Ella alcanzó a saltar y zafó. Pero la moto quedó allí dentro, como 15 minutos con el motor encendido. Fue imposible sacarla, hasta que llegó un helicóptero y la rescató de ahí”, comentó Alan. Vale aclarar que esos pozos se producen como consecuencia de las pruebas que realizan las bases militares en el desierto. “Yo hago mi ritmo. Voy tranquilo. Veo a muchos que salen como loquitos y después los encontrás tirados por ahí, o con las motos rotas. Yo vi como subían al italiano Luca Manca al helicóptero´´, finalizó Alan en declaraciones a La Nacion.com.ar