�En 1910 nació por ley el Parque de Mayo, que a lo largo de sus más de cien años fue testigo de cambios, olvidos y escenario de hechos muy particulares, pero nunca dejó de ser el paseo de los sanjuaninos por excelencia. Fue precisamente el 17 de mayo de aquel año que se sancionó la ley provincial de creación del Parque y el día 25 de ese mes se colocó la piedra basal del paseo, que era un gran potrero en las afueras del por entonces chato pueblito capitalino. Tras un debate público le colocaron el nombre, pues pudo haberse llamado Centenario, ya que nació para festejar los primeros 100 años de la Patria.
La superficie original del Parque fue de 17,5 hectáreas y pertenecía al municipio de Desamparados. En sus orígenes, tenía tres pequeños lagos, que luego se transformaron en uno solo de mayor extensión (foto).
A su vez, en 1964 ensancharon el lago y con la tierra extraída se hizo la famosa lomita; mientras que en 1998 lo reinauguraron luego de extender la superficie parquizada de 30.000 a 97.000 m2, instalar el riego por aspersión, sembrar peces en el lago y recuperar la isla.