Esta semana se tomó una medida inédita en la provincia y que sienta precedentes: una mujer fue detenida por impedir el contacto de su hijo de 5 años con su papá.

Es la primera medida de este tipo desde la creación del Centro de Abordaje de Violencia Intrafamiliar y de Género. 

Según pudo saber DIARIO DE CUYO la detención de  M. L. Z (no se revela su identidad para resguardar al menor) fue el resultado de un largo historial de conflictos y denuncias cruzadas entre una expareja.

La escalada de denuncias, que en principio eran por amenazas, llegó cuando el padre del  chico fue denunciado por el presunto abuso sexual del nene. Fue entonces cuando el régimen de visitas quedó suspendido y el hombre fue sometido a un proceso del que resultó absuelto.

Tras una serie de informes psicológicos y evaluaciones de todo tipo, la jueza de menores que lleva la causa restituyó el régimen de visitas, pero la mujer se negó sistemáticamente a permitir que padre e hijo se reencontraran.

“La señora inició un impedimento de contacto tras otro y es por eso que la jueza decidió que se cumpliera con el régimen con la fuerza pública y aún así lo siguió impidiendo”, contó a DIARIO DE CUYO  la doctora Claudia Salica, a cargo de la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) contra los delitos de violencia intrafamiliar y de género del CAVIG.

Según la información oficial, sólo en el mes de diciembre el hombre denunció 4 veces a su ex por impedimento de contacto y pese a la presencia policial volvió a hacerlo en enero.

Fue entonces que la doctora Salica pidió la detención. “Ya no había manera de que la señora atendiera que tenía que entregar al menor para revincularizarlo con el padre, se intentó por todos los medios”, reconoció la funcionaria judicial.

Para proteger al menor en cuestión, desde la Justicia se tomó la determinación de que el procedimiento se llevara adelante con asesoramiento de psicólogos y trabajadores sociales.  Así la mujer fue detenida  el miércoles 13 de enero por impedimento de contacto y desobediencia a una orden judicial del Primer Juzgado Correccional. Poco después quedó en libertad. 

“El mismo temperamento con que se sanciona la  conducta del hombre es el que debe utilizarse con  una mujer. Cuando decimos que la justicia es igual para todos, es igual para todos”, concluyó Salica.