“Pero el lunes, vuelvo a entrenar”. Dicen que con esta frase, Ariel Ortega se despidió el viernes del cuerpo técnico de River, a quien le pidió no jugar ante Lanús por no estar bien anímicamente. Si bien el jujeño prometió su regreso para esta mañana en la práctica en el Monumental, el rumor anoche marcaba que podría aparecer, aunque para dar una noticia que el propio Burrito deslizó entre su círculo íntimo: retirarse del fútbol. “No me siento bien. Estoy bastante mal y por eso no voy a ser algo positivo para el equipo”. Estas fueron las palabras con que Ortega le dio al técnico, Leonardo Astrada, la inesperada novedad, que se bajaba del choque ante el Granate. Desde entonces, nadie pudo encontrarlo para hacerle rever su decisión. Ni a través de su celular y menos cara a cara. Los hinchas, una vez más, ayer le dieron su apoyo incondicional. Un par de banderas en distintos sectores del Monumental alentaron a Ortega para que regresara lo más pronto posible. Si bien existen distintas versiones, el tema de su adicción al alcohol estaría otra vez como protagonista central. Todo sumado a la depresión por sus pobres rendimientos ante Boca, donde incluso falló un penal, y Argentinos.
