Domingo Ruperto Riveros (70) contó que salió de la casa en la que vivía, el pasado 3 de octubre rumbo a la clínica Santa Clara para ser operado de la vesícula. Como ese día le suspendieron la intervención, regresó a las horas y se encontró con que le había usurpado la vivienda. Contó que hasta el 6 de octubre, cuando lo volvieron a internar para operarlo finalmente, estuvo durmiendo en la calle. Una situación que se repite desde que le dieron el alta un día después de la cirugía. Riveros, que es jubilado, aseguró que lleva 13 días viviendo en la calle y que puso la denuncia en la Seccional 28. Desde esta comisaría confirmaron el dato.

La casa se encuentra en la villa San Juan, Rivadavia y según dijo el hombre, cuando intentó ingresar ni bien volvió de la clínica, se dio cuenta que estaba usurpada porque el portón estaba con un candado. “Cuando quise recuperarla, quienes se habían instalado, me amenazaron con un arma y me amenazaron de muerte”, contó Riveros, quien fue directo a la Policía. Pero durante tres días, hasta que volvió a internarse para la operación, durmió en la calle. “Duermo en la Terminal y en la puerta del Bingo del centro. También en la plaza porque no tengo familia a dónde ir”, contó el hombre, que es jubilado. Respecto a la denuncia dijo que el día que usurparon, fueron dos motorizados y un patrullero hasta la vivienda pero los efectivos le dijeron que no podían actuar sin una orden judicial. Desde la Comisaría 28 aseguraron que la causa ya está en manos del Juzgado de Instrucción.

Riveros volvió a internarse el pasado 6 de octubre y un día después le dieron el alta porque le hicieron una cirugía laparoscópica, que es poco invasiva, de rápida recuperación. “El posoperatorio lo tuve que hacer en la calle”, contó el hombre, quien agregó que “desde que salí del sanatorio, anduve por todos lados. Algunas noches dormí en la plaza y otras, en la Terminal. Anoche (por antenoche), me robaron la campera cuando estaba durmiendo”, dijo Riveros. El fin de semana pasado, fue hasta la casa de un amigo donde se pudo bañar y lavar la ropa, pero volvió a dormir en la calle.

“No tengo plata. Anteayer me compré una marrasqueta de pan y con eso estuve todo el día. Además, el médico me dijo que me lavara los puntos de la operación con jabón blanco pero le dije que no lo puedo hacer porque me usurparon la casa”, contó el hombre que vivía solo en la casa de Rivadavia.

Respecto a los supuestos usurpadores, Riveros aseguró que “cree” que quien está en la casa es una hija del dueño anterior de la vivienda. “Vivo allí desde el 2002 y en el 2004 compré la casa a Jorge Pedraza, pero no tengo escritura, sólo un boleto de compra-venta en el que se puso como testigo a un hombre que ya falleció”, dijo.

El hombre contó que en el interior de la casa quedaron todos sus muebles y hasta un auto en reparación, que desde la calle puede apreciarse. Además, dijo que le quedaron los animales y la ropa en aquel lugar al que no puede entrar, además de dinero.

DIARIO DE CUYO fue hasta la vivienda que está en la calle Vicente López y constató que estaba ocupada por una familia, que no quiso hacer declaraciones. La casa, que tiene una estructura modesta, permanece cerrada con una cadena y un candado en el portón.