Concluido el match, Omar Narváez hizo su análisis: “(Everth) Briceño fue más peligroso con la cabeza que con los puños. Me parece que mis contrincantes cuando no me pueden encontrar se ponen nerviosos y tienden a ensuciar las peleas aplicando cabezazos”, se quejó.

“No me pegó nunca con claridad, las manos que me entraron no me lastimaron. En realidad, hubo un momento en que me sentí sintió sobrado”, contó el doble campeón.

“Me reuniré con Osvaldo (por Rivero, su promotor) para resolver en qué categoría voy a boxear. La verdad es que me sentí muy cómodo en este peso”, advirtió el chubutense, alentado por una multitud que se congregó en el escenario de Corrientes y Bouchard.