Durante la etapa de lactancia no es la ideal someterse a una dieta, con una simple rutina puede cuidarse la línea:

– Evitar alimentos ricos en azúcares simples y grasas: pasteles, masas, dulces, chocolate.

– Moderar el consumo de grasas y reducir el consumo de las saturadas: manteca, margarina y cremas.

– Ingerir aceite de oliva en cantidades moderadas.

– Aumentar la ingesta de pescado y disminuir la de carne. Esta debe ser magra y sin piel.

– Cocinar los alimentos a la plancha, hervidos, al vapor, al horno o en microondas.

– Evitar los fritos, las empanadas y las salsas.

– Potenciar el consumo de frutas y verduras y el de jugos y licuados de hortalizas.

– Erradicar los condimentos picantes.

– Evitar los alimentos que pueden dar un sabor fuerte o desagradable a la leche: espárragos, coles, ajo, cebolla, rábanos y embutidos.

– Evitar el consumo de bebidas excitantes o estimulantes: café, té, refrescos con cafeína.

– Utilizar corpiño tanto de día como de noche para prevenir la caída de los senos.

– Emplear ampollas revitalizantes, un buen champú, una mascarilla y una alimentación variada a fin de evitar la caída y desvitalización del pelo.

– Consumir buenas cantidades de hierro, calcio y vitaminas.

– No saltearse ninguna comida.

– Emplear cremas antiestrías hasta 3 meses después del parto.

– Beber mucho líquido (agua, jugos naturales).