A cuatro días de finalizada la Semana Santa y a sólo uno de que comience la Cabalgata de la Fe, en la Difunta Correa están trabajando contra reloj para que el predio quede en perfectas condiciones para recibir al gauchaje. Mientras, la Federación Gaucha y el municipio de Caucete también están ultimando los detalles del evento que, este año, tendrá una noche de gala.

Desde las 8 de la mañana, unas 10 personas comienzan a barrer, baldear y embolsar las botellas de plástico que aún hay esparcidas por el santuario, saldo de la Semana Santa. Mientras, otras se encargan de desinfectar el último complejo de baños para hombres y mujeres que quedará habilitado mañana, con 11 mingitorios y cinco inodoros respectivamente. Todo debe quedar limpio antes de las 13:30 horas del próximo sábado, horario previsto para el arribo de los gauchos. A su vez, otro grupo se encarga de acarrear agua en un camión tanque para mantener llenas las cisternas en forma permanente para evitar la escasez teniendo en cuenta que este fin de semana, como ocurrió en el anterior, llegarán al predio miles de personas y se consumirá unos 35.000 litros. "Hay más de 20 empleados trabajando para tener todo a punto y a tiempo para la cabalgata -sostuvo Daniel Rojas, presidente de la Fundación Vallecito-. Y también para promocionar lo que será el Museo de la Difunta Correa".

Justamente, el almuerzo para todos los participantes de la Cabalgata de la Fe, este año será en el salón donde funcionará el Museo de la Difunta Correa. Para ello, un grupo de albañiles está dando los últimos retoques al revoque de la parte exterior, mientras Viviana Fasce, la museóloga, prepara la ornamentación interna, pensada para promocionar el lugar. Para el almuerzo del próximo sábado, en las paredes del futuro museo se podrá observar fotos de algunos objetos que se expondrán cuando la obra quede inaugurada.

Lo que se verá en el museo