Un poco asustado por la gente y el volumen de la música, Osito se resistía a entrar al salón de la Unión Vecinal Villa El Salvador. Su dueño, que se había esmerado en disfrazarlo como si fuera un atleta y él mismo se había vestido con equipo de gimnasia, hacía esfuerzos por convencerlo. Al fin, Osito se formó junto a Beethoven y Tigre y posó para la foto como todo un modelo, en el primer desfile de mascotas disfrazadas que organizaron el taller artístico Refugiarte y la Municipalidad de Angaco, y que formó parte de una tarde de festejos en el marco del Festival Internacional Palabra en el Mundo, realizado ayer por la tarde.
La propuesta de hacer cosas diferentes para responder al lema de respetar la diversidad prendió tímidamente en los chicos angaqueros y algunos se animaron a asistir con sus mascotas disfrazadas. "Mi gato se llama Tigre", dijo Alvaro, de apenas 2 años, en media lengua, mientras aceptaba mostrar su mascota y su propia carita con bigotes pintados, orejas puntiagudas y una larga cola que su mamá había cosido al pantalón, imitando a Tigre. A su lado, José María (vestido como vaquero) había llevado su juguete preferido para completar el conjunto, que aunque no era una mascota servía para la ocasión: un caballito hamaca que llamó la atención de todos los más chiquitos. Jorgelina, que había ido sin mascota, desfiló disfrazada ella misma de conejo y después compartió con su mamá las sopaipillas que la gente de la organización repartió entre el público.
Un terrorífico Drácula llegó a último momento, acompañado por su perro que no había aceptado ponerse la careta de monstruo, pero que desfiló junto a los otros animales: todos recibieron aplausos y fueron filmados y fotografiados, justo un minuto antes de empezar a gruñirse y mostrarse los dientes, lo que hizo que el desfile terminara entre las risas de los presentes.

