Los 200 adultos mayores que concurren a la colonia de verano que funciona en La Granja, Santa Lucía, todos los días enfrentan un dilema. Tienen que decidir qué actividades realizar. Es que son tantas que les faltan horas para participar en todas y divertirse.
Olga Muñoz dijo que ya aprendió cómo organizarse para disfrutar de todas las actividades. Un día lo dedica para practicar vóley y aprender folclore. Otro, para participar de las caminatas y hacer yoga. Y uno más, para participar del taller de canto y jugar al truco. Claro, que todos los días se reserva una hora para disfrutar de la pileta.
La mayoría de las personas que concurren a esta colonia han elaborado un calendario con las actividades que practicarán cada día de la semana. Para ello también han hecho un horario para que no se superpongan. Así saben cuándo termina una y cuándo empieza la otra para no perderse ninguna.
Gerardo Acosta dijo que le gusta empezar el día con energía y que por eso prefiere tomar clases de gimnasia en las primeras horas de la mañana. Luego, va rotando a modo de circuito por el resto de las propuestas y termina la jornada jugando al truco para relajarse.
Si bien en esta colonia las actividades son muchas y sin descanso entre una y otra, los adultos mayores no se privan de participar en ninguna aunque estén rendidos por el cansancio o les empiece a doler el cuerpo. Es el caso de Lili Guerrero, que pese a hacer gimnasia y nadar todos los días de la semana, zapatea con entusiasmo mientras aprende a bailar el gato. Dijo que tiene la noche para descansar.
Es tanto el entusiasmo que estas personas ponen en cada jornada que los chicos que participan en la colonia en el mismo predio, aprovechan los momentos de recreo para mirar cómo los abuelos se divierten bailando y participando de los diferentes juegos de mesa.

