Aunque está abierto todos los días de lunes a sábado, el puesto sanitario Pascual Chena (ubicado en el cruce de calles 2 y 22) brinda atención médica solamente dos veces por semana. Funciona en una pequeña construcción, casi un monoambiente, donde la enfermera y el médico comparten el espacio con un pequeño sector destinado a sala de espera. Como no tiene baño ni agua, la enfermera y los pacientes tienen que hacer sus necesidades en una palangana. "Y si alguien se descompone, lo único que puedo hacer es prestarles la palangana", cuenta la enfermera, que pedalea 40 cuadras por día para llegar a su trabajo. Por su ubicación, el Pascual Chena recibe a gente de muchos distritos, pero es uno de los que peor están. "Trajeron unos ladrillos y los dejaron en la puerta, supongo que será para hacer algún arreglo. Pero si no se apuran con la obra, la gente se va llevando los ladrillos y al fin, no van a hacer nada", resumió la enfermera.