Juan Brizuela, el niño que fue trasplantado del corazón en el hospital Garrahan el 11 de marzo pasado y hoy continúa mejorando ya en sala común, tuvo el martes y miércoles pasados visitas inesperadas y muy especiales que lo colmaron de felicidad: su padre, Antonio, y sus tres hermanitos, Melisa, Elio y Eliseo viajaron el lunes a la noche a Buenos Aires para reencontrarse con el pequeño, a quien no veían desde diciembre. Fueron horas de plena alegría y disfrute para el sanjuanino, quien compartió su colección de juguetes con sus hermanos, se divirtió con ellos jugando a los pistoleros y a las cartas y abrazó sin parar a cada uno de ellos, con tantas ganas como si no los quisiera soltar más, para que se quedaran con él.
Juancito necesitaba del afecto de sus familiares, y es por ello que Desarrollo Social de la provincia arregló todo para el viaje y para su breve estadía porteña, y una asesora del ministro Daniel Molina, Adriana Quinteros, los acompañó en su traslado. "No nos alcanzó el tiempo, porque hace mucho que no nos veíamos y tuvimos que repartirnos las tareas; yo estuve poco con mi mujer porque la relevé en el cuidado de Juancito, para que ella pasara la noche en el hotel con los otros tres chiquitos", contó a DIARIO DE CUYO el papá del chico.
Su madre, María Angélica, aprovechó los escasos momentos con sus niños y hasta les compró ropa nueva, dos conjuntos deportivos para los varones y un jean con buzo para Meli, la más cercana a Juan en edad.
La habitación 6249 de internación se alteró hasta el miércoles completamente, durante los tiempos permitidos de visita de la familia; los pequeños se entretuvieron y rieron constantemente, mientras los padres tomaban mate y charlaban de cómo andaban las cosas, porque la situación de los Brizuela está lejos de ser la óptima para albergar y tratar a un niño transplantado.
"En este momento estoy sin trabajo, hice algo en la cosecha pero ya no cuento con nada, me vine a Buenos Aires con sólo $80, lo que estoy pidiendo es que me puedan proveer de una motosierra para podar árboles y vender leña, y con el dinero que obtenga pagarla en cuotas y poder así alimentar a mi familia, porque nos cuesta mucho verdaderamente", relató Antonio.
Por su parte, Quinteros adelantó que Juan se deberá quedar por lo menos dos meses más una vez que esté dado de alta, en el hotel Galicia, donde vive su mamá, que está ubicado a un par de cuadras del hospital. La asistente social también aclaró que las prioridades para el Ministerio local serán la necesidad de acondicionar la vivienda que se les entregó a los Brizuela, armar una habitación especial para Juan y evaluar los medios de subsistencia de la familia.

