El caso Badaro:
En el 2007, el jubilado Adolfo Badaro resultó favorecido por un fallo en el que el Tribunal Supremo ordenó ajustar los haberes en función de la evolución que habían tenido los salarios activos desde enero de 2002. Es decir, ordenó pagarle al jubilado un haber con una movilidad equivalente al 88,6% del sueldo que tenía cuando era trabajador activo. En su caso particular, además fijó el pago retroactivo desde enero de 2002 a diciembre de 2006 y a partir de ahí, además del 88,6% móvil que se agreguen los aumentos posteriores. Así la Corte fijó una doctrina de cumplimiento obligatorio para los Tribunales inferiores, y abrió la puerta a que todos los otros reclamos de jubilados obtengan sentencias favorables similares.
El caso Capa:
El 16 de octubre pasado, los jueces de la Sala II de la Cámara de la Seguridad Social, ordenaron a la Anses dar lugar a una medida cautelar presentada por el jubilado Néstor Fernando Capa: se le ordenó al organismo previsional aumentarle el haber mensual al jubilado que inició una demanda por reajuste en la Justicia, pero sin las demoras de varios años que suele tener un trámite de este tipo, sino en un plazo inferior a un mes. El fallo buscó evitar la larga espera que implica la resolución de un juicio e invoca que existe un peligro por la demora en aplicar el ajuste. En la demanda, el jubilado (de 74 años) había advertido sobre la posibilidad de no hallarse con vida para la fecha de finalización del juicio.
