San Juan, 29 de octubre.- Laura Recabarren contó su historia con total naturalidad, aunque en consciente de que es digna de una novela. Hace pocos días y 35 años después, conoció a su hermana quien fue dada en adopción como ella poco después de nacer.
Ambas son hijas de una humilde mujer jachallera que falleció a los 40 años mientras daba a luz a su hijo número 16. “Yo crecí sabiendo que era adoptada y manteniendo contacto con mi madre biológica y mis hermanos de su última relación, pero recién a los 12 años me enteré que tenía dos hermanos mas”, contó Laura.
Los hermanitos, un hombre y una mujer, fueron entregados a un mismo matrimonio que los crió sin darles detalles de su origen. “Cuando me cuentan me dan algunos datos de donde poder encontrarlos, averigüé donde trabajaba su familia y siempre pasaba para mirarlos de lejos. Un día me animé a acercarme, pero su mamá del corazón me dijo que no sabían de su condición de adoptados y tuve que mantener distancia”, recordó.
Laura aseguró que durante buena parte de su vida vivió deseando que sus hermanos supieran de su existencia y sus ganas de conocerlos, cosa que pasó en 2012 cuando sonó el teléfono de su casa y del otro lado estaba su hermana Beatriz. “Automáticamente le pedí conocerla, pero necesitaba tiempo para aceptar la idea. Pasaron dos años en los que sólo hablábamos por teléfono, un día tuvo valor y recién nos conocimos la semana pasada”, aseguró.
“Aunque tengo muchos hermanos en Jáchal pasé mucho tiempo sin verlos, prácticamente me crié como hija única. Ver rasgos y aspectos de mi forma de ser en otro fue una experiencia que no se explicar en palabras. Tiene mis dientes, mi forma de reírse”, dijo emocionada.
Ahora, Laura ganó además de una hermana, un sobrino y un cuñado.
