Se cumplió el pronóstico que hicieron los médicos del Servicio de Urgencias del Marcial Quiroga con respecto a que para el festejo del Año Nuevo, a diferencia del de Navidad, aumentaría el número de heridos por manipular pirotecnia, y la gravedad de las lesiones. Dijeron que esto se debe a que la gente celebra en forma desmedida y sin precaución la llegada del 1 de enero. Y los datos de este centro de salud, como los del hospital Rawson, confirmaron el vaticinio. En la madrugada de ayer se registró un total de 11 heridos por tirar petardos, 6 más que en Navidad, entre ellos dos niños de 11 años que perdieron dedos de sus manos.
A diferencia del pasado 25 de diciembre, fecha en la que atendieron a una sola persona con heridas leves, el personal del Servicio de Urgencias del Hospital Rawson ayer en la madrugada trabajó contra reloj para poder atender a las seis personas que ingresaron con heridas y quemaduras a causa de la pirotecnia. Entre ellos dos menores de 11 años, uno de los cuales perdió el dedo índice de su mano derecha, mientras que el otro sufrió la amputación de los dedos índice y mayor también de la diestra, según informó la guardia policial de dicho centro de salud. A ellos se sumaron otros heridos leves, mayores de edad, como un hombre de 40 años con lesión ocular en su ojo izquierdo, y un abuelo de 62 con quemadura de tercer grado en la mano derecha. En la guardia del Marcial Quiroga atendieron 5 pacientes con quemaduras leves (1 más que el 25), desde 14 años en adelante.
"Para el Año Nuevo es como que la gente se permite celebrar con más euforia y sin control que en Navidad -sostuvo Sonia Sánchez, médica de guardia-. Y eso lleva a que se les permita a los niños manipular productos de pirotecnia de mayor potencia, sin reparar en las consecuencias que eso puede provocar".