No sabe qué hacer para sentirse más tranquila y segura. No se quiere mover de su casa porque las puertas están rotas y cualquiera puede entrar la vivienda. Y como si fuera poco, no tiene dónde hacer dormir a sus 4 hijos de entre 3 y 12 años. Por eso, ya pasaron 3 noches a la intemperie y protegidos solamente con unas frazadas viejas que les prestaron y el calor de una fogata que encienden cuando el Sol baja. Así, vive la familia de Alejandra Tejada a quien le robaron todos los muebles y casi todos electrodomésticos y prendieron fuego a su vivienda. Esto ocurrió el viernes en la noche, en el Lote 45-21 de La Bebida, en Rivadavia.
La cara tiznada de una imagen de la Difunta Correa y algunos santos, siguen en el mismo lugar de siempre, al igual que la heladera, a pesar de que la casa está vacía. "Se llevaron todo y la poca ropa que dejaron la prendieron fuego, junto a fotos y cuadernos de los chicos", dijo Alejandra, que aún no puede creer lo que le pasó. Y mientras en el interior de la vivienda el olor a quemado hace difícil respirar, en el fondo el humo también dejó sus huellas. Es que, cada noche encienden algunas leñas para poder sobrellevar el frío. "Con mis hijos pasamos las noches en el suelo porque no tenemos dónde dormir. A pesar de que la casa tiene el techo sano, me da miedo que a los chicos les pase algo por el olor", dijo la mujer que le da cenar a sus hijos una taza de té con un poco de pan o tortitas porque se quedó sin mercadería, sin cocina y hasta sin ollas y platos. "Al mediodía almuerzan en mi mamá y se tienen que bañar ahí", agregó y contó que ayer los dos hijos más grandes fueron a la escuela con cuadernos que les regalaron algunos vecinos y sin guardapolvos. Mientras que los más chicos permanecieron en la casa de una de las hermanas de la mujer. "Es que yo no me quiero ni mover. Capaz que si me voy se roban la heladera, que es lo único que me quedó o me usurpan la casa", dijo y contó que el fuego fue apagado por sus vecinos, que le rompieron otra puerta para poder combatir las llamas.
Aún sorprendido por la desgracia que le tocó vivir a él y a sus hermanos, Maximiliano, el hijo de 6 años dijo que estaban tristes porque habían perdido todo. Con pocas palabras contó que lo que más lamentaban eran los útiles escolares y sus juguetes.
"Para mi es muy difícil empezar de nuevo. Yo estoy sola desde hace un tiempo y trabajo limpiando casas para darle de comer a mis hijos. No sé cómo voy a hacer porque tengo que arreglar las puertas, las ventanas y hasta las conexiones eléctricas porque todo se quemó", dijo la mujer con los ojos llenos de lágrimas.
UN PROBLEMA FAMILIAR
Mientras en el suelo de la casa siguen las suelas de zapatillas calcinadas y las cortinas llenas de agujeros, la mujer que está separada hace unos 2 meses insiste que fue la familia de su exmarido la culpable del robo y el incendio. "Cuando me separé de él, me sacó la plata de la asignación del banco y se fue al Sur. Yo le hice una denuncia por abandono de hogar y desde ahí la familia de él me está amenazando. Me dijeron que me iban a quemar la casa con los chicos adentro y yo pensé que era sólo una amenaza", dijo Alejandra.
Esta no es la primera vez que a esta familia es noticia. De hecho, en noviembre del año pasado la mujer tuvo un altercado con la directora de la escuela Anexo Diógenes Perramón, de La Bebida, después de que su hijo tuviera un accidente. Un compañero y vecino del barrio le partió la cabeza y la mujer sacó a su hijo de la escuela sin esperar que llegara la ambulancia. Este caso se dio a conocer porque en un primer momento se dijo que había sido víctima de una golpiza, pero después, esa versión fue desmentida.

