La marca Edding (de marcadores y pizarras) superó la crisis del 2001 de la mano de su casa matriz, en Alemania, que financió su falta de fondos. Sin embargo, la del 2008-2009, encontró a los europeos en igual o peor situación que su sucursal en San Juan. Por eso, los locales debieron rebuscárselas para pasar estos últimos meses. ¿Cómo hicieron? Pusieron en juego la creatividad.
"La situación era la siguiente: como el precio del dólar no nos favorecía para exportar y teníamos capacidad ociosa de material como para soportar los próximos seis meses, decidimos que en lugar de despedir gente había que encontrar estrategias de marketing para informarles a los sanjuaninos que estos marcadores se hacen aquí, utilizando el mismo personal de fábrica. Así fue como ideamos una campaña que tiene dos fines: se hace cuando da el semáforo en rojo para concientizar al conductor sobre los derechos del peatón de usar la senda peatonal y por otro lado, le damos folletos con un detalle de nuestros productos para que cuando tenga que elegir, opté por un elemento que se hace en su provincia y que genera mano de obra", explica Francisco Busto, gerente de la firma que así evitó los despidos.
Hoy por hoy siguen trabajando las 36 personas que tienen en la planta y algunas de ellas -especialmente el cupo femenino- reparten su tiempo entre la fábrica y las calles del microcentro o las de las cercanías de las principales escuelas.
"Hace quince días que implementamos esta campaña, por ende es muy pronto para evaluar resultados. Ojalá que hasta fin de año, los sanjuaninos tomen conciencia -en los dos sentidos- y nos ayuden a no tener que tomar otras medidas más drásticas", reconoció Busto.
