Para Manuel, su gran fascinación es ´la tala´, como llama a su guitarra. En la familia Oro, hay un linaje que perdura con los años en la música cuyana. Desde Don Raúl Oro, allá por la década del ´50, hasta la actualidad con sus nietos Eduardo, Darío y César. Ahora, la cuarta generación podría seguir ese legado en las manos de Manuel y su hermanito Matías. ´El tiempo dirá si deciden ser músicos. Pero soy feliz al ver que tienen la misma pasión y el respeto frente a la guitarra como lo hicimos nosotros en nuestra niñez. Como todo padre, sueño con que los hijos nos superen. No sé si lleguen a convertirse en grandes artistas, pero la música los hará mejores personas´, dijo Eduardo.
