También se escuchó en la primera jornada, a Gregory Jones, agrónomo e investigador de la Universidad de California, además de productor vitícola en Oregón. Este último hizo una minuciosa evaluación de la incidencia que está teniendo en la vitivinicultura mundial el cambio de las condiciones climáticas apuradas por el calentamiento global. Mencionó el efecto negativo en la vid del aumento de las temperaturas promedio y la disminución de las amplitudes térmicas, que está achicando los días de Sol y calor con noches frías, un contraste que genera un mejor grado de azúcar en las frutas. También expuso un largo rato sobre la modificación de las disponibilidades hídricas en los momentos críticos del stress de los frutos.