Carlos Carrizo cerró su bicicletería en Jáchal para poder acompañar a su hijo Cristian en su noche más importante, la fiesta de egresados de la escuela de Comercio. Compró el traje del estudiante en 12 cuotas y para el resto de su familia, alquiló la vestimenta. Los Carrizo compraron cinco opciones, una por mes, a $400 cada una. Como ellos, las familias de 160 egresados dijeron que hicieron sacrificios para poder ser parte de ese festejo. Pero todo quedó en la nada cuando a tres horas de la gran noche, uno de los dueños de la empresa contratada, Federico Cabello, avisó que no podía realizar la fiesta, supuestamente porque le falló el chef, según se quejaron los padres (aunque fuentes policiales indicaron que ni el salón tenía cancelado). Y entonces se armó un escándalo en el local de Cabello, con padres y alumnos indignados, algunos hasta vestidos y peinados para la fiesta, que terminó con dos hombres detenidos por supuesta estafa. Sin embargo, entre medio del dolor y la bronca, ayer los padres anunciaron que tratarán de organizar una pequeña y simple celebración para que los chicos no se queden sin su gran noche. Según fuentes policiales, el supuesto desfalco asciende a unos $245.000.

‘Queremos que nuestros hijos por lo menos puedan brindar con una torta y jugo, que las chicas muestren sus vestidos, que los varones se pongan sus trajes y que después de esta gran decepción, por lo menos puedan tener su último día compartiendo entre compañeros’, dijo Laura Reina, una de las madres. La fiesta que tenían con C & Co incluía comida, bebidas, desayuno y hasta un picnic post festejo, para el que alquilaron una finca.

Las muestras de solidaridad no se hicieron esperar, porque una empresa se ofreció a dar jugos, un DJ dijo que pondrá música gratis, una peluquería que peinará a algunas chicas sin cobrar y la UNSJ ofreció El Palomar.

El drama de 160 egresados comenzó a horas de que se hiciera la fiesta en un salón de Pocito, el miércoles. ‘Nos enteramos por whatsapp que Cabello suspendía la fiesta. Pensábamos que no era cierto porque hasta las seis de la tarde había estado cobrando $25 por alumno para que llegaran todos juntos en un micro’, contó Ariel Romero, otro de los papás.

Algunas familias, contaron, estuvieron esperando en vano en el complejo pocitano por la fiesta y algunos estudiantes, que tampoco se habían enterado de la suspensión, aguardaban en el Centro Cívico el micro que los llevara al complejo.

El local comercial de C & Co está justo enfrente de la escuela de Comercio y allí, relataron los padres, Cabello les dijo que no tenía cocinero y que si hacía la fiesta, iba a ser con bebida caliente, sin comida y sólo con música. De lo contrario, que podía armarla dentro de unos días.

Los padres exigieron más explicaciones y ante la falta de respuestas, comenzaron las agresiones. La Policía tuvo que sacar a Cabello de entre los insultos y los golpes de los supuestos estafados.

DETENIDOS:

Fuentes policiales indicaron que Claudio y Federico Cabello, socios de C & Co, fueron detenidos en la noche del miércoles, acusados de estafa. Al cierre de esta edición habían recibido una treintena de denuncias, pero estimaron que superarán las 150. En tanto, según las primeras investigaciones, el desfalco asciende a unos $245.000, aunque los padres estiman que llega a $320.000. A su vez, esta empresa tiene mañana otra fiesta y hay preocupación (ver aparte). En el caso ya interviene el Segundo Juzgado de Instrucción. La pena por estafa establece un castigo de 1 mes a 6 años de prisión.