Llegaron en colectivo como las grandes hinchadas de fútbol. Las banderas de cada grupo que flameaban por las ventanillas y los gritos de alegría hicieron que desde la puerta vivieran la experiencia como una gran fiesta. Es que el entusiasmo los cubría ya que muchos no conocían el suelo del Estadio del Bicentenario. Y a pesar de que no podían dejar de hablar ni un instante mientras hacían la cola para entrar, el silencio los invadió cuando se asomaron por una de las bocas de entrada de la Platea Este. De esta forma y con la cara de sorpresa que los delataba, los chicos fueron testigos, el jueves pasado, del comienzo del Sudamericano Sub-20 de fútbol. Y gracias a esta visita muchos conocieron el estadio en Pocito.
“Es más grande que la cancha de River”, dijo Santiago, mientras uno de sus compañeros lo agarraba para señalarle que en las pantallas gigantes salía la bandera de Brasil. Al mismo tiempo que ellos se amontonaban para mirar cada detalle del estadio, Flavia, de 6 años, no podía creer que las tribunas fueran tan altas. Es más, hasta hubo algunos que no se animaron a subir hasta arriba. Sin contar que el estadio tenía poco público, la cara de asombro fue una figurita repetida en los cerca de 3.000 chicos que vieron el partido de Brasil contra Ecuador.
Sentados en las gradas y divididos por grupos (fueron los centros del Gran San Juan), los chicos se sacaron fotos y cantaron algunas canciones de las colonias. En tanto otros no se quedaron quietos y buscaron la forma de recorrer las tribunas, al mismo tiempo que los más curiosos fueron varias veces al baño. Es que de esa forma conocieron un lugarcito más dentro del Bicentenario. Y a pesar de que no pudieron ver a Neymar, el nuevo astro brasileño (que no vino a San Juan), los chicos quedaron deslumbrados. En cuanto al fútbol, algunos alentaron a Ecuador y otros a Brasil, pero todos y a coro gritaron los goles de ambas selecciones, haciéndose sentir, con algunos redoblantes de fondo, en la cancha.

