El desfile de carruajes invadió la Costanera de Chimbas y deleitó a una multitud.
Bajo la temática Evolución. Lo que nos pasó nos hace más fuertes, el Carrusel del Sol tuvo un despliegue espectacular en la Costanera de Chimbas y cautivó a miles de personas que esperaron desde temprano para disfrutar del desfile de carros.

El carruaje oficial, del Ministerio de Turismo, fue el encargado de abrir el Carrusel y tuvo un gran protagonismo, ya que usó efectos especiales para convertir el desfile en una verdadera fiesta. 

Este año, el Carrusel no tuvo locutores que animen y guíen el desfile. Cada carro se encargó de esta tarea a través de artistas que tocaron instrumentos de viento y percusión, cantaron o bailaron. En esta edición toda la musicalización fue en vivo con la participación de cientos de artistas.

A los efectos especiales se sumaron algunos personajes que también hicieron su aporte. Entre ellos se destacó el oráculo ubicado sobre el carro cantándole a la gente lo que llegaba a continuación. Su papel se complementó con la tarea de los personajes de ficción (bichos gigantes) y los presentadores de circo que lucieron trajes estrafalarios que se encargaron de interactuar con los espectadores para crear un ambiente festivo.

Luego de su paso, fue el turno de los demás carros. En esta ocasión salieron en orden cronológico, teniendo en cuenta su fecha fundacional y no en orden alfabético como ocurrió hasta ahora, respetando la temática de Evolución. Además, cada departamento hizo alusión a su fundación, a la creación de identidad y a su futuro bajo el lema "Fundación, Evolución y Revolución".

La mayoría de los municipios recurrieron a materiales reciclados para la construcción de los carros, como los usados en el montaje de carros anteriores. También hubo algunos, como fue el caso de Pocito, que pidió colaboración a los vecinos con botellas plásticas y latas de cerveza.

Otro de los puntos que pudieron observarse fue que todos los carros departamentales tuvieron tres elementos iguales: un tótem sobre el que se representaron los hitos de Fundación, Evolución, Revolución; una rosa de los vientos para representar el territorio con sus límites y puntos cardinales, y un coro que relató la historia del pueblo.

En esta edición, las Embajadoras departamentales no estuvieron subidas a los carruajes, sino que recorrieron el camino como espectadoras debido al cambio de paradigma para dejar de cosificar a las mujeres y valorarlas por sus aptitudes y no sólo por su belleza.