Recuperando aquellas emociones que -bajo refacciones- hicieron mutis por el foro hace casi cuatro años, anoche el Teatro Colón volvió a vibrar en vísperas del Bicentenario. Y lo hizo puertas adentro y afuera, con dos espectáculos muy distintos, pero que cautivaron tanto a los que entraron de impecable etiqueta, como a los que quedaron deslumbrados por el recorrido de los 102 años de historia que ostenta el máximo coliseo argentino, realizado a través de un fabuloso show artístico-multimedia al aire libre.
A las 19.30, con acrobacias aéreas en celeste y blanco -lluvia de papelitos y banderas mediante-, comenzó la propuesta que se prolongó por 45 minutos ante una multitud. Más de 100 artistas interactuaron desde un escenario de 80 metros de ancho, montado frente al odeón, con imágenes mapping (en 3D) proyectadas en la fachada del Teatro por nueve proyectores alquilados en Estados Unidos. Con voces en off, testimonios de protagonistas de ayer y hoy, fotos viejas y videos, el documental histórico musical que abrió con imágenes del Buenos Aires del 1900, rescató glorias de la ópera, orquestas, música y ballet, presentadas por Darío Volonté, Pedro Calderón, Pía Sebastiani y Julio Bocca, respectivamente. El homenaje incluyó a artistas argentinos y foráneos, a los que trabajan detrás de los telones y también quienes participaron en la restauración, que presentó -con un breve recorrido virtual- Maximiliano Guerra. "El Colón está vivo", exclamó el audio con el Himno a la alegría de fondo y banderitas albicelestes celebrando el acontecimiento, que dio paso a la velada de gala.
2.700 invitados de diversos estratos (desde la política a la farándula) desfilaron por la alfombra roja, donde -como había avisado- la presidenta Cristina Kirchner brilló por su ausencia. Como máxima autoridad, el vice presidente Julio Cobos encabezó el acto, junto a Mauricio Macri, jefe de Gobierno de la ciudad. Susana Giménez, Mirtha Legrand, Ricardo Fort, Marta Minujín, Enrique Pinti, Julio Bocca, Chiche Gelblung, Eleonora Cassano y Valeria Mazza fueron apenas algunos de los testigos privilegiados de esta reapertura, que comenzó con el Himno Nacional y siguió hasta pasadas las 23 con la Danza de la Opera Huemac (a cargo de la Filarmónica) y fragmentos de El Lago de los Cisnes y La Bóheme. Con emociones, nostalgias y buenos deseos; de la mano de sus artistas y con la ovación del público otra vez resonando entre sus paredes, el emblemático Teatro Colón volvió a la vida.